"Empezó como un día normal", por Bruno Rey

 

Hoy era un día como todos, me desperté como siempre ultimo y a mi lado me esperaba mi fiel amigo Canelo y al lado de él, como siempre, el viejo. Me levanté y fui directo a mi casita donde Canelo ya se había comido todo y quedaba lo mío, que era menos -por portarme mal- según dice el señor. Pero hoy el viejo estaba triste, no sé por qué, Canelo también lo estaba entonces fui, me acerqué a él y le pregunté.

-Canelo ¿qué les pasa a vos y al viejo?

-Es que Olga enfermó -dijo triste.

-¿¡Olga¡? ¡! NO!! Es la única que hace feliz al viejo y además nos trata bien a nosotros -dije angustiado.

Horas después, mientras cuidábamos la puerta de los señores junto a mi dueño, lo llamaron, y después de estar hablando un rato se puso contento. Con Canelo fuimos a preguntarle.

-Viejo ¿te dijeron algo de Olga? -pregunté curioso.

-No, me acaban de contar que Vanka va a venir con nosotros -respondió emocionado.

Vanka es el nieto del abuelo y uno de mi mejores amigos; siempre le hacíamos bromas a todos en la casa y él era mi cómplice pero cuando se lo llevaron me tomó un tiempo digerirlo y con el tiempo se fueron las bromas y la diversión. Pero ahora que va a volver, vuelve todo y también la sonrisa del señor.

Era de tarde y el viejo fue a decirle a Olga que se mejore y que Vanka estaba viniendo. Y cuando dijo “Vanka está viniendo” nadie pudo parar a Olga, se levantó y fue directo a la cocina para prepararle su comida favorita: una torta de naranja. Mientras tanto yo estaba en la calle buscando algo de comer y asustando a la gente, a mi lado estaba Canelo asustado como siempre y callado.

Llegó la noche y estaba exhausto de buscar y molestar gente al lado Canelo que estaba en las mismas condiciones pero cuando giré la mirada hacia el abuelo lo vi sonriendo y mirando la foto de Vanka y murmurando “vas a volver”, feliz y llorando de la alegría. Eran como las 11 y nos fuimos a dormir, el viejo se quedó un rato más junto al cálido calor que salía de la estufa.

Por la mañana comimos mientras esperábamos que el señor se cambiara. Bajó y nos fuimos a la casa de los señores, esperando que se haga de tarde para que Vanka llegue a la ciudad. Mientras tanto, Olga seguía reposando y feliz de haberle hecho su torta favorita a Vanka.

Ya eran las 3, había sido un día tranquilo, nadie había molestado y estábamos esperando que fueran las 5 para que llegue Vanka.

Todo iba bien hasta que Olga se trató de levantar y cayó desplomada al suelo golpeándose la cabeza con la cama y quedando desmayada. Enseguida llamaron al abuelo, que estaba tan feliz, y cuando escuchó lo que había pasado se le cambió totalmente la cara y parecía como que alguien se estuviera muriendo. Enseguida se subió a un auto y fue directo a la casa, traté con Canelo de seguirlo pero los perdimos, nos quedamos asombrados y nos fuimos a casa, nos acostamos y terminamos durmiéndonos.

Cuando nos levantamos vimos al abuelo y a Vanka sentados frente a la estufa, tristes. Parecía que no estaban alegres de verse después de tanto tiempo, ni hablaban. Cuando me acerqué a Vanka me vio y dijo Serpiente y luego dijo Canelo, pero no se notaba animado de vernos y le tuve que preguntar.

-Vanka ¿pasó algo?

-Olga se desmayó y todavía no despierta -dijo angustiado.

Mientras tanto, el abuelo seguía triste y sin ganas de hablar. A Canelo y a mí se nos cayó la cara, parecía que una pesa de 100kg había caído encima de nosotros y un fuerte dolor en el pecho me hizo llorar.

Le sorprendió al abuelo que yo llorara. Notó que yo nunca lloraba por nadie. Luego de unas palabras se puso a lagrimear y sintió que se le salía una parte del corazón.

Llegó la noche y después de que el abuelo subió a mostrarle la habitación a Vanka, bajó y recibió una llamada…

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