"La Navidad de Constantino Makarich", por Martín Sosa
Hola, me llamo Constantino Makarich y tengo sesenta y cinco años. Soy un anciano de pueblo y me acompañan dos perros: Serpiente, que es un poco violento y Canelo.
En una Navidad como cualquier otra me levanté para ir al almacén y buscar algo de comida, me acompañaban mis dos perros. Luego, a la tarde, me puse a conversar con los cocineros y les dije:
-Ojalá pueda sacar a mi nieto de ese horroroso lugar donde lo hacen trabajar y lo maltratan.
Luego de decirlo decidí finalmente hacerlo. Enojado fui a buscar a mi nieto para sacarlo de allí.
El viaje fue un poco incómodo ya que con mi presupuesto casi que no me daba para el tren, había gente que me miraba mal por mi forma de vestir y se alejaban de mí. Después de treinta minutos llegué, y me dirigí hacia la zapatería de Alojín donde mi nieto estaba trabajando. Al llegar lo vi sudado y cansado y le dije emocionado:
-¡Vanka!
Y Vanka se dirigió hacia mí muy feliz y me preguntó qué hacía yo allí y le dije:
-Vine a sacarte de aquí para que tengamos una feliz Navidad.
Llegó Alojín y me dijo que de ninguna manera, que él tenía el derecho a criarlo y que debía pasar Navidad con ellos. Tras una larga discusión con insultos y de estar al borde de la pelea llegó el policía del pueblo y nos separó, llevándonos a la comisaria.
Fue raro estar dos horas encerrado pero salió algo bueno de todo eso: nos pusimos de acuerdo con Alojín para que pasáramos Navidad todos juntos y estuvimos de acuerdo en que, durante el verano, Vanka pasaría conmigo. El resto del año volvería a la casa de Alojín.
Muy bueno Sosa, disfruté leerlo 😁
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