"Terminando con una aventura", por Tomás Shaw
Un perro llamado Serpiente, a quien querían muy pocas personas. Suele mirar a la gente con ojos acariciadores pero a nadie le inspira confianza, solo a su dueño.
Y sí, ese perro soy yo, lamentablemente. Yo vivía en una casa donde mandaban unos señores y no sé por qué mi dueño y sus amigos le llamaban “los patrones”, no entiendo y nunca voy a entender. Solo tengo un amigo que se llama Canelo y de hecho es mi mejor amigo. Me llevo muy bien con él y solemos jugar los tres a asustar.
El juego se trata de hacer ruido pero todavía no entiendo por qué lo tenemos que hacer. Solo de noche jugamos a eso, mi dueño va con una linterna y por noche recorremos la casa aproximadamente cien veces. ¿Cansador no? Es cansador pero la verdad que es muy divertido.
Llegó aquel día que amábamos con mi amigo Canelo, era una de nuestras cosas favoritas, le llamábamos la destrucción, ya que, comíamos muchas sobras después de una cena que hacían los patrones con sus familiares y arrasábamos, nos comíamos todo, no dejábamos nada; en la casa de “los patrones” a esa noche le llamaban “Navidad”, es otra cosa en la que tenemos que investigar con Canelo.
Nos encontrábamos los tres, Canelo, mi dueño y yo, afuera, en el jardín, trabajando. A nuestro dueño se le veía muy triste, a Canelo y a mí nos parecía que era porque extrañaba a su nieto, Vanka.
Él era un niño muy bueno pero lamentablemente quedó huérfano y lo llevaron a aprender un oficio, que de hecho, no sé cómo se llama.
Mi dueño no se lo pudo llevar con él después de la tragedia ya que si lo llevaba a la casa de “los patrones” perdía el trabajo.
Canelo y yo lo extrañábamos mucho, solíamos jugar con él y con su abuelo, mi dueño.
Mi amigo y yo decidimos ir a la casa de los campesinos a saborear unos pollos, cuando llegamos Canelo no se animó a entrar al gallinero entonces decidí entrar yo. Ya tenía muchos recuerdos en este lugar, una vez casi me matan ya que me embolsé cinco pollos en la boca y corrí, y sí, ahí afuera me estabá esperando un señor muy gordo, con un hacha. Como soy largo salté por arriba de un corral y me salvé, y tengo muchas más para contar.
Entré al gallinero y por suerte no había nadie en la casa, me llevé cinco pollos, dos para mi amigo y tres para mí, claro, uno más para mí ya que me esforcé.
Llegamos a la casa y mi dueño estaba escribiendo en una hoja, parecía una carta pero nosotros no podíamos detectar qué decía. Estaba muy triste, se le caían las lágrimas, me acerqué y le lamí la mano, para nosotros, los perros, eso es demostrar amor; él luego me miró y me acarició.
Llegó la noche, donde “los patrones” ponían música lenta y se movían, parecían muy raros, mi dueño no lo solía hacer. Estábamos los tres, mi dueño seguía escribiendo una carta, era muy larga.
Lo más esperado: llega la parte de la comida. Canelo y yo comíamos como si fuera la primera vez. Luego de eso, lo segundo más esperado de todo el día: el juego.
Mi dueño con su linterna y Canelo y yo ladrando, solíamos hacer mucho ruido. Después de recorrer muchas vueltas se ponía otra vez de día, íbamos para el jardín mi amigo y yo y dormíamos casi todo la jornada.
Después de dormir como dos sueños nos despertábamos y recibíamos nuestro merecido, no sé porque le llamaba así.
¿Será porque nos portábamos bien?
¿Será porque jugamos bien al juego de la noche?
No sé pero comíamos muy bien al mediodía.
Luego Mi amigo y yo paseábamos por el bosque, comíamos palomas, frutos, de todo un poco. Pasábamos mucho rato en el bosque y volvíamos a la casa a acostarnos en el pasto, tranquilos, mientras nuestro dueño nos hacía mimos.
Mientras “los patrones” cenaban Canelo y yo veíamos a nuestro dueño comer, nos sentábamos a su lado , sacábamos la lengua y esperábamos a que nos deje una parte para nosotros.
Luego si llegaba nuestro momento de comer, nos daban la comida a nosotros porque a “los patrones” no le gustaban las sobras de la comida anterior, pero a nosotros sí, nos encantaba.
Dormíamos un sueño y llegaba la noche, a jugar. No sé por qué pero nuestro dueño agarró por otro camino, levantó la mano, un auto se detuvo y de pronto nos encontrábamos viajando hacia algún lugar....
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