"Un día en mi vida", por Ignacio Luchinetti
Hola, me llamo Alojín, soy un zapatero y vivo en Rusia. Ahora estoy sentado, tranquilo, desayunando en mi casa ya que desperté hace diez minutos. Hoy me espera un día con mucho trabajo en compañía de Vanka, quien es un niño muy peculiar.
Después de desayunar fui a ver cómo estaba. Como era de esperar Vanka ya estaba despierto aguardando mi llegada. Nos saludamos y empezamos a fabricar los primeros zapatos.
Después de unas pocas horas de estar trabajando a Vanka se le rompió una de las herramientas más importantes de la zapatería. Todavía nos faltaban varios zapatos para terminar y no contar con un instrumento esencial para poder hacerlos, resultaba terrible. En ese mismo momento nos pusimos a pensar qué podíamos hacer, si intentar arreglarlo nosotros, buscar a alguien para que lo arregle o comprar uno nuevo. La primera opción era la que más nos convenía ya que la segunda era medio complicada (era un objeto muy raro) y la tercera no estaba dentro de mis posibilidades económicas. Al final tuvimos que ir a comprar una ya que no encontramos a nadie que supiera arreglar esa herramienta en especial. Después de ir a comprar una nueva empezamos de nuevo a trabajar.
A la una de la tarde fuimos los dos a comer y a descansar un poco, cuando terminamos de comer volvimos a trabajar para terminar lo poco que nos quedaba. Ya cuando terminamos, a eso de las tres decidimos separarnos y hacer lo que a cada uno nos gustara: yo me fui a leer un poco el diario y a ordenar un poco todo; y Vanka se fue a jugar afuera.
A la noche cenamos lo que nos había sobrado del almuerzo y nos fuimos a dormir.
Comentarios
Publicar un comentario